Imagen de Lindy Longhurst |
Sí, todo un
arte el poner límites. Parece que algunas personas lo llevan “incorporado de
fábrica”, es decir, que no les resulta dificultoso, que lo hacen de forma
natural, casi sin que se note, incluso me atrevo a decir, como si su aura
estuviese blindada y sin el menor esfuerzo, nada penetrase en ell@s. No es este
mi caso particular. De hecho soy altamente permeable. Esto conlleva aspectos
positivos, y otros no tanto… me permite conocer a las personas más allá de lo
que muestran, de lo que mostramos, viendo lo que yace en las profundidades (con
margen de error natural, no soy una máquina). Si confío en mi intuición, esta
me lleva por el buen camino, y capto energías, digamos, más sutiles. En mi
trabajo me ayuda a ponerme en el lugar de la otra persona muy fácilmente, como
si yo me disolviera y entrará en el universo ajeno.
Esta
permeabilidad, esta disolución, sin embargo, comporta otros aprendizajes que
para mí son de lo más potente. Y es el arte de poner límites.
Retrocediendo
en el tiempo, y tal como compartí en nuestro último círculo de mujeres, mi
madre siempre comenta que cuando era pequeña siempre decía “No” a todo. Me
impacta, porque de hecho, la percepción que yo tengo es que toda la vida he
dicho “Si” a casi todo (muchas veces queriendo decir No…). Dónde ha ido a parar
esta niña ? Es evidente que habita en mí, que es mi esencia, y que en algún
momento ella se perdió en un mundo en el que eligió satisfacer a los demás para
agradar, en lugar de conservar su capacidad de decisión.
Para
alegría personal, esa “fuerza del No” ha regresado a mí desde hace ya algún
tiempo. En mis aprendizajes esta “lección” debía ser mirada y gestionada sin
más demora. De nuevo, siento, y especialmente, desde el verano, que vuelvo a
decir a todo que no (o a casi todo…). Me maravilla lo que mueve una simple
palabra… las reacciones… una y otra vez han surgido situaciones para que
tuviese que elegir entre mi Verdad, o la de los demás. Decir No muchas veces
provoca enfados de respuesta titánica, de niveles altamente variados. Encajar
todo esto me ha costado más, por la falta de práctica, que el mencionar tan
sencilla palabra.
Estos “Nos”
reiterados surgen de una necesidad vital de buscar mi espacio, de establecer
mis límites, de proteger mi tiempo y lo que hago en él.
Lamentablemente no
puedo estar disponible para todo el mundo, al menos ya no. He decidido estar
disponible para mí misma de una vez por todas. Esto no significa que vaya por
el camino de una ermitaña, sino que elijo cuando es el momento para abrirme.
Esta es la diferencia, “Elijo”.
Es
imposible estar disponible todo el tiempo, y eso es lo que me he estado
exigiendo muchos años. Ya no. Nuestra disponibilidad tiene límites. Nos
entregamos a la otra o al otro con amor, y cuando es el tiempo de terminar,
debe terminar, y pasar a otra cosa. Sin remordimientos, sin culpabilidades.
Anhelo
conseguir ese equilibrio entre el dar y el recibir. Hay momentos de entrega, y
hay momentos para buscar nuestro espacio. Y me fascina como se mueve la
energía, porque realmente se han producido cambios en mi vida significativos
desde que he sacado a pasear a esta guerrera amorosa. Me gusta decir no. Y como
me está gustando decir no, para mí es mucho más fácil decir sí. Porque esta
vez, será un “Sí” sincero, verdadero. En definitiva, me muestro como una mujer
más auténtica.
Otro factor
importante, lo confieso, es que cada día que pasa me importa menos lo que se piense
de mí. Me importa seguir mi camino, ser coherente con mi alma. La buena noticia
es que jamás podremos agradar a todo el mundo, hagamos lo que hagamos, lo cual,
en realidad nos da una libertad absoluta de decidir sabiamente.
Personalmente
prefiero un No sincero, a un Sí falso o forzado, por parte mía y por parte de
los demás. El arte de poner límites, al final, es una lección de amor. Amor
hacia nosotr@s mism@s y hacia las otras personas. Una vez más, el respeto como
pilar en nuestra vida.
Curiosamente
inspirada por la inminente Luna llena, y sintiendo que este escrito es también
parte de ese poner límites, me despido con todo amor,
Eva
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada