Bella imagen de Mónica Custodio |
Recuerdo
desde siempre haber tenido un vínculo muy fuerte con los animales. Ya de
pequeña quería acercarme a ellos, sin miedo, espontáneamente, para tocarlos y
acariciarlos. Cualquier animal era objeto de mis exploraciones infantiles. Ese
interés, amor y vínculo permaneció a lo largo del tiempo, fortaleciéndose y
evolucionando conmigo.
Del
deseo de estar cerca de ellos a toda costa, desperté para darme cuenta que no
todo es ético ni válido para poder sentir cerca a nuestros compañeros de viaje
en este planeta. Algunos dijeron y/o dirán que me fui “radicalizando”, pues de
ser una entusiasta de los zoológicos, parques acuáticos y diversos lugares en
los que se me permitía observarlos, sentí una creciente repulsión por esos
espacios anti natura en la que los animales son objeto de exposición y en los
que muchas veces acaban con serios trastornos de salud, y sobre todo de
comportamiento.
Otro
paso para mi coherente ha sido vivir en una dieta vegetariana. Y repito, para
mí, pues aquí siempre surgen polémicas de todo tipo de las que ya lejos de mis apasionadas
discusiones de juventud, siento que cada uno debe caminar su camino y ser
coherente consigo mismo. Nadie puede decirle a otra persona lo que debe o no
debe hacer (válido en cualquier sentido).
En
paralelo a mi formación como terapeuta holística para personas, también me
formé para poder ayudar a sanar a los animales y a proporcionarles una mayor
calidad de vida, así debía ser. Para mí no existe diferencia ni jerarquía (más
polémicas), mi vocación de sanación abarca a todo ser viviente, sin
discriminación.
Mis
casi dos años de voluntaria en centros de acogidas de animales (con el
desafortunado nombre de perreras… y eso que cuentan con otros animales como los
gatos…), como la de Mataró, y ocasionalmente en Barcelona fueron un aprendizaje
de choque sobre la convivencia entre humanos y animales, algunos días muy
difíciles de digerir. Cada uno de esos seres me dio lecciones de vida. Cada uno
de ellos llevaba dentro un Maestro, un sanador. Jamás olvidaré la expresión de
sus ojos al ver la llegada de los voluntarios para sus cortos paseos… o la
desesperación de los gatos al entrar en la Gatera (para que digan de los
gatos…), jamás…
Justamente
fue una perra, Anuka, la que empezó a darme señales de que había algo en mí que
debía de ser sanado. Insistentemente se colocaba entre mis piernas y señalaba
hacia mi bajo vientre. Ella insistió en que escuchara los mensajes de mi cuerpo
y alma. Y tenía razón, me escuché, y el diagnóstico confirmó que mi útero necesitaba
ser sanado. Ahí comenzó mi viaje personal hacia la sanación de mi feminidad.
Esto me ha llevado a donde estoy en la actualidad, acompañando a mujeres y
facilitando círculos y talleres. Lo dicho, una gran Maestra… allí por el año
2005… Dari, Dick, Sheep, Simba, Jocker, Foca, Hipo, todas y todos… Os echo mucho
de menos…
Hace
poco nos dejó Lobo, el perro del hermano de mi compañero. Esta experiencia me
ha marcado profundamente. Querido Lobo, he aprendido tanto de ti… Acompañar,
junto a toda la familia, tu despedida de este mundo ha sido una experiencia
infinita de lo que es compartir el amor entre seres vivos. Tus ojos hablaban,
la voz de tu alma se despedía de todos nosotros. En ese silencio acompañado de
lágrimas estaba toda la sabiduría del mundo, todo lo que tiene sentido en
nuestras existencias, todo lo importante y todo lo que no lo es… esa noche soñé
contigo y puse una vela para que te guiara mejor en tu viaje.
Algunas
personas no entienden el porqué de esa pena por la muerte de un animal,
comparándolo con la muerte de una persona. El dolor es dolor, la pérdida es la
pérdida, y el duelo es el duelo, no hay grados ni jerarquías, pues cada uno de
nosotros lo vive desde el vínculo que tenía con ese otro ser vivo, humano o no.
Es el Amor que nos une al otro lo que duele, y tan respetable es uno como otro.
Las
esencias florales, como las flores de Bach, el masaje terapéutico Healing touch,
el reiki angélico y la fitoterapia son algunas de las muchas herramientas
naturales que pueden ayudar a nuestros pequeños (o grandes) seres queridos.
Estas pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de los animales, y a prevenir
en muchos casos futuras enfermedades, igual que con las personas. También están
muy indicadas en acompañamiento de enfermedades o en la despedida de nuestros compañeros.
Si
deseas una consulta en tu domicilio, o un acompañamiento en la despedida de tu
compañero de vida, puedes contactar conmigo a través del mail: mozarteva@hotmail.com o del teléfono 646695136.
Os
adjunto también la interesante web de mi maestra Olga Porqueras, en la que
podéis encontrar más información sobre el mundo animal y otros terapeutas que
también trabajan con animales y ofrecen distintas terapias (en la pestaña
“Directorio de terapeutas”): http://www.para-animales.com/
Deseando
con toda mi alma que algún día por fin las personas y el resto de habitantes de
este planeta habitemos en armonía y respeto (y también entre personas…), os doy
un fuerte abrazo animal,
Eva
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